La literatura, las palabras encadenadas con el sabor
de la intriga, la reflexión serena de las historias
inventadas, el certero ensayo o simplemente la
diversión en forma de cuento se plasman en libros .
Actualmente existe una corriente bibliográfica que ha
cobrado un especial protagonismo y presencia asidua en ferias, en las
estanterías de grandes superficies, en las librerías o en los eventos
literarios: la literatura gastronómica en todas sus vertientes. Sin duda, la
gastronomía es algo inherente al ser humano y como tal, se re- fleja en todos
sus movimientos artísticos. La palabra escrita es sin duda, el refugio perfecto
de muchos saberes y sabores. Estos saberes llegan al lector en forma de novelas
en las que la cocina o sus profesionales son los protagonistas. Nos aparecen en
lujosos libros de recetas. Se plasman en preciosos libros de fotografía en la
que los platos son los protagonistas. Existe el ensayo gastronómico. Aparecen
libros de textos orientados a los actores del buen comer. O incluso, letras
divertidas de canciones en las que la cocina se mueve al ritmo de sus músicas.
Palabras y gastronomía se fusionan y se han fusionado desde siempre como un
buen plato y son cada día más los fieles lectores que devoran y comen dulces
palabras cocinadas entre las páginas de buenos libros gastronómicos. Enumerar o
referenciar obras en las que la gastronomía es la protagonista sería una labor
ardua y sinceramente muy difícil por su extensión y calidad. Ya en En El
Quijote aparece la gastronomía en su primer párrafo: «En un lugar de la Mancha,
de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de
los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una
olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos
los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos,
consumían las tres partes de su hacienda…» Pero actualizando un poco más las
palabras que se comen, son de lectura obligada todas aquellas que nos dejó el
gran Manuel Vázquez Montalbán quien supo unir la gastronomía y la literatura
desde su amor hacia el dulce placer de los alimentos y las bebidas; unirlos con
el cariño, la destreza y el buen hacer que sólo los genios consiguen. En sus
obras de ficción siempre aparece alguna referencia o receta que endulza su ágil
escritura. Su ensayo Contra los gourmets escrito en 1990 mantiene la frescura
que las grandes obras suelen tener. Sin duda una divertida recomendación. Aquí
va una perla: «El gourmet jamás olvida el nombre del muerto. Es más, mientras
se lo come hace expresa mención de él, sea jabalí o alcachofa, y recuerda otros
asesinatos y devoraciones anteriores, porque el placer de comer suele ir
acompa- ñado del de la memoria de pasados festines». Un libro obligado para los
buenos gourmets o los actualmente llamaA dos «foodies». También en forma de
guía, pero gastronómica e imprescindible, el crítico gastronómico de
INFORMACIÓN Lluís Ruiz Soler, nos ha regalado una perfecta publicación en forma
de amena guía en la que conocer lo más foodie de nuestra provincia, la
CBFoodie. También por estos lares ha aparecido hace muy pocos días un genial
libro de Quique Dacosta con un título muy sugerente: 3 (Tres). Editado por
Grijlabo, la obra repasa como un diario personal los días en torno a la
obtención de la tercera estrella Michelín en noviembre de 2012 y las recetas de
su menú 2013. La presentación del libro sirve, además, para adelantar sus
creaciones de 2015, que formarán parte del menú «Estados de Ánimo» que ha
lanzado este mes de abril. Y mucho más cercano y nuevo, se presentó ayer
miércoles, la escritora y periodista Ángeles Ruiz -la autora con mayor nú- mero
de libros gastronómicos de nuestra tierra y todo un referente nacional- su
nuevo trabajo. Níspero y otras frutas en el paralelo 38. La publicación ofrece
una amplia perspectiva de estos cultivos que va más allá de los aspectos
agroalimentarios, ofreciendo una visión global de su vinculación con la
historia, la geología y el desarrollo económico de su ámbito de producción
ligado a la comarca de la Marina Baixa. La obra está salpicada de anécdotas y
testimonios personales resultando una lectura ágil y amena. Saberes y palabras
unidos en una sabrosa gastroteca que seguro que alimentan el alma a todos los
lectores. Buen apetito y buen lectura
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