El pasado lunes tuvo lugar el fallo y la entrega de premios
del primer concurso de tapas “Tapéate” de la ciudad de Alicante. Al margen de
la lista de premiados, del altísimo nivel de las tapas presentadas, del magnífico
ambiente creado a su alrededor, de los beneplácitos y las felicitaciones de los
propios restauradores o de su impresionante acogida por parte del público
alicantino, hay cifras que refrendan la importancia de las tapas en la
gastronomía alicantina.
Ha sido todo un mes, 38 establecimientos, casi 80 tapas diferentes,
alrededor de 100.000 tapas vendidas con muchos establecimientos que han llegado
a las 1500 o lo que es lo mismo 50
clientes diarios que han consumidos sus tapas, un impacto económico de más de 400. 000 euros, y lo más importante casi
30000 votos recogidos en el concurso vía web, o sea treinta mil alicantinos que
se han parado en su vorágine diaria y han entrado en la página para votar su
tapa preferida. Un exitazo¡¡¡
Pero con estas cifras en la mano podemos notar favorablemente
algunas agradables novedades en los
cambios y adaptaciones de los hábitos de los alicantinos a la hora de salir a
picar algo ya sea de día o de noche. Alicante ciudad es para muchos de nuestros
visitantes un paraíso gastronómico. Las bondades y las virtudes de la buena
cocina alicantina merecen el reconocimiento de nuestros visitantes. Nuestros
arroces, nuestros guisos, el cuidado y el esmero con nuestros mariscos y
nuestros pescados, la delicadeza en el trato de las carnes o la variedad de
buenos y singulares productos autóctonos, han hecho de la gastronomía
alicantina una seña de identidad de nuestra tierra. Tradicionalmente la
gastronomía del picoteo en Alicante se basa en compartir las raciones o los
platos de aperitivo que podemos encontrar en muchos establecimientos con el
producto fresco como verdadero protagonista. Comemos salazones, calamares de
potera a la plancha, embutidos de Pinoso, ensaladas y ensaladillas, ricas
elaboraciones con huevos en forma de tortillas o revueltos, buenos mariscos muy
poco elaborados, carnes frescas, frutos
del mar prácticamente sin trabajar...Pero a diferencia de esta cocina de los
aperitivos que se asienta en el compartir entre varios una misma ración poco
elaborada en donde el producto predomina sobre la creatividad del plato, la
gastronomía de las tapas ha evolucionado hasta crear un modelo propio, la
cocina en miniatura. Sí, más que una moda pasajera, los nuevos usos y costumbres gastronómicos
van cambiando. Cada día son más comunes las tapas individuales, esos pequeños bocados
en los que se recoge todo el trabajo
creativo de los cocineros servidas en cantidades justas y con la ventaja de
poder degustar varias especialidades con sabores y texturas diferentes y a un
sugerente precio.
Las más de cien mil
tapas servidas en esta cocina así lo refrendan. Y además lo más importante ha sido la agradable
sensación que durante todo un mes ha vivido el castigado sector de la
restauración alicantina y la recompensa de haber ganado todos en este concurso.
Parejas que sin conocerse han coincidido en barras y han
iniciado un recorrido de tapeo por las diferentes rutas del concurso,
empresarios y trabajadores del sector que han visitado otros establecimientos y
que han conocido nuevas y variadas formas de entender la cocina alicantina, la dinamización del sector o ya en lo
gastronómico, la presencia de productos alicantinos y muchas elaboraciones, han
hecho que Alicante se haya convertido en una ciudad de muy, muy buenas tapas.
Bravo por todos.
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