El primer domingo de este mes de mayo que está a la vuelta
de la esquina, se celebra el Día de la Madre.
Un día muy especial para todas las madres que derrochan amores y cariños
a diario por sus queridos hijos y que
merecen nuestro merecido homenaje. La hostelería y la restauración es una de
las profesiones en las que el espíritu de sacrificio está muy presente.
Trabajar diariamente entre diez y catorce horas, sacrificar los días de fiesta,
tener vacaciones en temporadas diferentes al resto, y sobre todo, poder
compaginar la vida laboral con la vida familiar, es tremendamente difícil pero
no imposible. Silvia, Miriam, Laura, Cristina y Yolanda son un buen ejemplo de
ello.
Son cocineras, sumilleres, gerentes, encargadas o jefas de
sala de reconocidos restaurantes de nuestra provincia pero ante todo, son
mujeres independientes que han sabido y querido mirar al futuro desde su
compromiso con el trabajo diario y desde la alegría de la maternidad. Bravo por
ellas.
Laura Silva es la propietaria junto a su marido Marcos del
Restaurante Ferrán 12 de la alicantina Calle de San Fernando. Su vida
profesional discurre a diario entre las mesas de su establecimiento repartiendo
alegría y buen hacer entre sus clientes y amigos. Para ella el trabajo es una
satisfacción. Se le nota. Le encanta lo que hace y eso lo trasmite con una
sonrisa siempre presente. Sus hijos lo saben. Juan Ignacio de catorce años y
Lucía de ocho viven la profesión de sus padres de un modo natural. Les ayudan,
les apoyan.
Cristina Figueira forma parte de la cuarta generación del
Restaurante El Xato de La Nucía. Próximo a cumplir 100 años en el 2015 el
restaurante, Cristina junto a su marido Paco Cano han querido desde siempre
trasmitirles a sus hijas Merche de 11 años y Esperanza de 14 su pasión y su amor
por la gastronomía. Merche es toda una cocinera y ya hace sus pinitos entre los
fogones con la ayuda de Cristina y la experta supervisión de su abuela Esperanza,
tercera generación de El Xato. Para Cristina lo primero es la educación de sus
hijas. Conoce lo duro de su profesión y aunque le halaga que sus hijas vivan y
disfruten con el restaurante, quiere que estudien y que sean totalmente libres
para elegir su futuro. Todo un ejemplo.
Silvia Castelló es alma y la mejor imagen de uno de los
restaurantes más emblemáticos y en mejor forma de Alicante, el Nou Manolín. Sus
hijos son su pasión. Se desvive por ellos pero también por su trabajo que le apasiona y que le absorbe. Ella lo
compagina a perfección. Les lleva al cole, les recoge, les da la merienda, les
cocina, juega con ellos y encima, dirige a un equipo de casi 100 personas. Casi
nada. Pero Silvia lo hace con total naturalidad, sin estridencias. Para ella
que ha vivido desde bien pequeña la profesión de la restauración, esta
naturalidad del viene dada por el buen ejemplo de su madre Vicentina que como
ella dice, nos ha criado maravillosamente.
Miriam Gómez pasa su día a día entre cuentas, ordenadores,
facturas y biberones. Su pequeña Jimena tiene sólo seis meses pero acompaña a Miriam
en su quehacer diario tal vez por eso, como nos confiesa Miriam, es toda una
gourmet. Sus papilas tienen que ser de primera y no le gusta cualquier cosa. Ya
tan pequeña se le notan las maneras lo que provoca el orgullo su abuelo y
propietario del Restaurante Racó del Plá, Pepe Gómez. Para Miriam la maternidad
ha supuesto simplemente un tiempo de pausa en sus trabajo, prácticamente no ha
dejado de trabajar y de formarse. Ser madre para ella es algo que le llena de
alegría y que le hace mucho más feliz su jornada de trabajo porque sabe que al
finalizar le espera la sincera sonrisa de su hija Jimena.
Yolanda Titos es una de las mejores sumilleres de la
provincia de Alicante y realiza su labor en el Gourmet Experience de El Corte
Inglés de Alicante. Su formación es envidiable y reconoce que le ha robado
horas a su merecido descanso para poder seguir estudiando y poder simplemente
ayudar a sus hijos con los deberes. Su trabajo le apasiona e intenta trasmitirles
a sus hijos Gonzalo de 11 años y Ana de 10 su amor y su pasión por el mundo de
los sabores y lo aromas. La gastronomía y la enología para ella es todo un
camino de sabiduría y cree a pies juntillas que es algo con lo que su hijos
aprenden y disfrutan. Dos pasiones unidas. Todo un logro.
Grandes profesionales, grandes ejemplos, y además, madres.
Apreciado Antonio, un estupendo artículo donde se nos muestra un merecido ejemplo de constante superación de las madres ante la difícil conciliación de lo profesional con lo personal. En la hostelería, y con cargos de responsabilidad, claramente la dificultad se incrementa. Los hij@s, hasta cierta edad alcanzada, no advertimos el tiempo robado, el poco que tienen, y que nos entregan con amplia generosidad. Cuando ellas ya no están cerca físicamente, ¡Nos queda tanto! que siempre las sentimos al lado, como por ejemplo, el secuestro de parte de nuestros sentidos de tal manera que siempre les pertenecerán esos aromas característicos que nunca olvidaremos, y que nadie jamás podrá conquistar, por mucho que lo intente. Recibe un cordial saludo.
ResponderEliminarJuan.