De política, ni hablamos.
Mi buen amigo y profesor Óscar Carrión siempre comenta que
los hosteleros ni tenemos equipo de fútbol favorito ni religión determinada ni
dudas entre las rubias y las morenas o los rubios y los morenos, y por supuesto
ni muchísimo menos tenemos un color político definido. Como teoría o como
realidad la verdad es que está muy bien. Define el carácter del hostelero, su
vocación de servicio y su pluralidad. Pero realmente el hostelero no puede
vivir ajeno a determinados asuntos que marcan o incluso lastran sus negocios.
Mañana todos vamos a reflexionar. Algunos con una cervecita
en un bar o al calor y al abrigo de un buen establecimiento hostelero. Algunos
de ellos estarán llenos, otros vacios, muchos mirarán el cielo y esperarán que le
tiempo alargue la temporada, otros se encomendarán al patrón de los imposibles
e intentarán seguir abriendo a diario. Esos sí, a todos les afectará de una u
otra manera los resultados electorales. Esta claro que hablo de empresas
privadas. Empresas que con sus impuestos mantienen buena parte de la estructura
súper dimensionada de la administración. Empresas que aglutinan buena parte de
la población activa de nuestra comunidad. Empresas y personas que dinamizan y
sostienen nuestra mayor industria, la turística.
Y a servidor como siempre le pierde la curiosidad y ha
querido saber cuántos candidatos se han reunido con estas empresas, cuántos han
presentado propuestas concretas para la mejora del sector turístico, cuántos ha
acercado sinergias o cuántos saben el número de camas o establecimientos
hosteleros que hay en nuestra comunidad.
Pues sí, sorpresa, sorpresa. Propuestas bien pocas y algunas
irrealizables, reuniones muy, muy pocas. Solo un dato: con la mayor patronal
hotelera de la comunidad, Hosbec, solo se han reunido dos candidatos a la
Generalitat. Dos, querido lector, dos. De vergüenza. ¿Reamente son conscientes
nuestros nuevos dirigentes de la importancia del sector turístico y hostelero
en nuestra comunidad? Servidor cree que no. Servidor cree que la hostelería y
el mundo gastronómico desde un pequeño bar de barrio a un tres estrellas
Michelín o desde un hostal a un hotel de cinco estrellas, son solo peones que
los políticos de turno o los que quieren ser los gestores del futuro utilizan y
rentabilizan para beneficio propio. Error, candidatos, error. Habéis perdido
una oportunidad única de acercaros, sin pedir esta vez, a las buenas gentes de
la hostelería. Ellos no tienen color político pero sí compromiso con lo
cercano. No lo olvidéis.
Solo leyendo a un candidato que hablaba del TNT en vez del
CDT, creo que hoy más que nunca la reflexión es muy, pero que muy necesaria. Reflexionemos.
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