jueves, 19 de julio de 2012

Reflexiones de verano. (I) Empezando el partido


En estos días estivales, parece que todos ralentizamos un poco más el tiempo y reflexionamos mucho, lo que no significa mejor, de las cosas que nos atañen.
Empieza el partido y es tiempo de ver cómo lo planteamos, cómo lo hemos preparado y sobre todo, ver las primeras jugadas para adaptar o cambiar nuestra táctica. Durante estos días también vamos viendo un poco más de primera mano los resultados de las acciones puntuales que se han venido realizando en el sector turístico y gastronómico provincial. Ahora es el momento del examen y éste va a durar dos meses,  aunque realmente en cuestiones de turismo la calificación es siempre de evaluación continua.
En este año de tiempos inciertos en los que el peso dramático y cruel de una crisis inmerecida en el sector, parece por lo menos incongruente determinadas acciones y actos que ayudan bien pero que bien poco. Durante los mese  de las comuniones y durante esta campaña estival las inspecciones de trabajo en las empresas de hostelería se han acrecentado de una manera totalmente desmesurada. No lo critico pero permítanme que no esté de acuerdo. Durante años se ha dejado al empresariado de la mano y han hecho lo que han querido. Al menos los malos empresarios que afortunadamente en nuestra provincia hay pocos, pero con estas acciones seguramente paguen justo por pecadores. Y ahora desde luego no es el momento. Hace unos días también se protestaba por los horarios de la oficina de información turística. Totalmente de acuerdo, Si no somos capaces a las diez de la noche de un sábado del mes de julio en Alicante, Benidorm o Altea de poder informar a nuestros visitantes, vamos desde luego de mal en peor. Se ha  lanzado una campaña de última hora para captar clientes y turistas a través de las redes sociales y del entorno 2.0 denominada “Vive tu sueño” con un coste de 60.000 euros más IVA. Los resultados están por venir pero de momento en internet ni aparece. Si empezamos el partido con una mala preparación, malo, malo, malo.
A servidor como habrán notado, le apasiona y le encanta el fútbol. En materia de turismo y gastronomía, si nos damos cuenta, estamos durante todo el año disputando un gran partido de fútbol. Y ahora llegan los momentos decisivos del partido. De momento lo estamos empezando y las sensaciones aunque algo faltos de preparación y con algún que otro error de programación, son buenas. El partido se presenta interesante. Hemos aprendido de nuestros errores de pasados encuentros y cada vez más, hemos afianzado un estilo propio en el que poco a poco vamos creyendo más y más. Ahora toca jugar y darlo todo pero por supuesto, sin olvidar que jugamos en casa, que tenemos el mejor equipo posible, que hemos sido capaces de superar todas y cada una de nuestras lesiones y que siempre, siempre jugamos a ganar,
Pues nada, a jugar como sabemos y a esperar y confiar en la victoria. Reflexionemos.

miércoles, 11 de julio de 2012

Gastronomía de verano


El calor, el sol, la luna, la alegría que reina por doquier, el reencuentro con los familiares y amigos olvidados durante el invierno, la siesta, y sobre todo, la libertad que nos da el tiempo libre,  provocan que nuestros sentidos se abran de par en par y despierten de su letargo invernal para disfrutar de los aromas y de los sabores de la mejor gastronomía estival.
    Ver, oler, tocar, oir y degustar forman parte de nuestro quehacer diario en los meses de verano. El tiempo camina con el paso lento que la tranquilidad de las vaciones es capaz de hacernos sentir.
    Mirar una fruta o culaquier alimento antes de comprarla, recorrer despacio con la vista en alerta los puestos de los mercadillos o los mercados municipales y elegir el producto deseado, el melocotón con la piel más suave, la sandía de color intenso, el pescado con la frescura de sus ojos vivos, o simplemente deleitarnos con los colores y las tonalidades de cualquier escaparate de productos, es un lujo que el verano nos aporta y nos permite.
    Oler y percibir los aromas de las frutas; respirar el olor a tierra de un buen tomate, verdura u hortaliza; sentir el dulce olor de la repostería casera o de un buen vino dulce, tinto, blanco o rosado, son unos  de los mejores placeres con los que reconfortar a nuestros sentidos en forma de agradables sensaciones que nos trasmitirán el alivio de la tranquilidad y de la paz.
    La temporada estival se convierte en toda una fiesta gastronómica gracias a varios factores: la inmensa y variada cantidad de productos de temporada que alcanzan su máximo esplendor;  el despertar de los sentidos al disfrtutar de espacios diferentes a los habitualers como el mar, la montaña, el campo, o los pueblos de interior; los compromisos en formas de comidas y cenas con familiares, amigos o compañeros de trabajo en reuniones sociales con la gastronomía y la buena mesa como excusas perfectas; la presencia de los pequeños de la casa en sus vacaciones escolares que nos obligan a tener que cocinar más asiduamente que de costumbre; y sobre todo, el tiempo libre, la liberación de los horarios y el poder disponer de más tiempo para la compra previa, para la organización y previsión de las comidas, para disfrutar de la relajación de cocinar y poder compartir los pinitos culinarios de una manera más amena y desenfadada. Todos estos factores convierten a la gastronomía como una parte fundamental en nuestro cada día veraniego y en todo un lujo para nuestro estómago y nuestro ávido apetito.
La dieta mediterránea es la base de la gastronomía de la provincia de Alicante. Su propio nombre, mediterránea, sin quererlo nos traslada al tiempo estival, al mar y a sus productos, a los campos, a las montañas,  y al placer de la buena mesa.
    Pescados o mariscos de nuestro cercano mar Mediterráneo como la delicada gamba roja de Denia, los calamares de potera pescados con la luna como fiel testigo de su pesca, los pargos o las doradas junto a las lubinas salvajes, cobran durante estos días un gran protagonismo al poder acercarnos a su subasta, en El Campello o Villajoyoso, o en los puestos vespertinos de las lonjas o las pescaderías de todo nuestro litoral.
    Durante estos meses estivales las calles también se llenan de mercadillos tradicionales en los que poder comprar los mejores productos de los campos cercanos o disfrutar de las variedades de determinadas zonas como por ejemplo las cerezas de las montañas de Alicante en los mercadillos de los valles de Guadaslest, las frescas verduras de los mercados de la Vega baja, los Nísperos en el primeros días del verano en Callosa de Ensarriá,  o los delicados tomates de sabor y textura inmejorable durante el mes de agosto en cualquier mercadillo de nuestra provincia.
    La gastronomía es, sin duda, una de las mayores protagonsitas del verano. Desayunar pausadamente, almorzar a media mañana en una buena terraza con la tranquila lectura del periódico, compartir un rico aperitivo con los amigos, sentarse tranquilamente a disfrutar de una reconfortante comida al mediodía, saborear una agradable merienda a base de horchata y fartons,  y prepararse para un frugal cena en forma de aperitivos a compartir en el centro de la mesa... es nuestro tarabajo gastronómico del día a día estival. Un trabajo que asimilamos la mar de bien y que nos permite convertir la alimentación en gastronomía, y la gastronomía en placer.

#DomingoArroz Hoy Arroz y postre en #366Rcetas "Arroz con Bacalao, coliflor y su Azafrán" y "Torrijas" por el @CdtAlicante

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